Nos encontramos en la Plaza Mayor de la localidad.
Se trata de una plaza con forma cuadrada e integrada por un conjunto de edificaciones porticadas.
Aquí se encuentra la Casa Consistorial.
Según el escritor Eduardo Bas Gonzalo: “en 1629 ya se ha construido el Ayuntamiento para alcaldes y regidores. Aunque no tomaría decisión importante alguna sin antes convocar a Concejo a todos los vecinos y medio vecinos, viudas y mozos de casa abierta”.
Así mismo, en el interior, hay una lápida descubierta a principios del siglo 20 (cuando todavía existía el edificio original) que conmemora su construcción:
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En la década de los 90 y tras un incendio, se reconstruye el edificio a imitación del original del siglo XVII.
Pelayo Artigas y Corominas nos dice que “sus cuatro balcones principales se abran sobre los cuatros severos arcos del pórtico”.
En 1994 la Duquesa de Alba (Condesa de San Esteban de Gormaz) lo inauguró y se le devolvió a la plaza su esplendor. Dentro del Ayuntamiento podemos encontrar una placa que conmemora este evento.
Pero lo que más destaca de este lugar son los soportales, que incluso continúan hacia la calle Mayor. Elementos catalogados como de interés histórico o arquitectónico que deben ser protegidos, según se dispone en el anexo de las Normas Subsidiarias Municipales de Planeamiento aprobadas en 1995.
Los soportales de la Plaza Mayor se caracterizan por ser un lugar de encuentro y reunión para todos los vecinos, pero sobre todo para aquellos que no tienen su domicilio en esta Villa.
Lo curioso es la madera elegida para hacer estos soportales, pues son de olmo, y si tenemos en cuenta que el 99,9% de los olmos han muerto de grafiosis, entonces, estamos ante una arquitectura difícil de reemplazar por no decir imposible.
El origen de los pórticos en la Plaza Mayor de San Esteban, al igual que en el resto de villas y ciudades castellanas, no es otro que resguardarse de las inclemencias del tiempo: del sol abrasador en verano y del frío polar en invierno, y su objetivo principal era proteger a los mercaderes, ya que en esta plaza se celebraba el mercado.
Aquí se vendía de todo, aunque a partir de 1922, cuando se derriba la iglesia románica de San Esteban, se decide, primero trasladar la venta de cerdos allí, y posteriormente el resto del mercado.