El Puente

El puente de San Esteban de Gormaz ha tenido a lo largo de los siglos las funciones derivadas de su propia naturaleza: por una parte ser vía de conexión para salvar el curso del río Duero y un gran desnivel, por otra, como defensa y control del territorio (fundamentalmente durante la época de la Reconquista) y también para el cobro de impuestos denominados pontazgo, en beneficio del señor titular de las tierras, e incluso con el objetivo de conservación y mantenimiento del puente.

Está construido en sillería caliza y posee 16 arcos con bóvedas de medio punto. Tiene una longitud de 200 m en alzado de lomo de asno, y un ancho de 8 metros.

Aunque la primera mención al puente de la localidad es del 21 de abril de 1068, “cuando el concejo de San Esteban vendió al monasterio de San Pedro de Arlanza una aceña situada sobre el puente a cambio de víveres valorados en 200 sueldos”.

En los documentos históricos no se hace mención expresa de la cimentación del puente en su construcción por tanto es probable que utilizasen esa cimentación de un puente romano anterior para construir este puente.

Los posteriores ensanches se han ejecutado a costa de los tajamares preexistentes.

La importancia estratégica de San Esteban de Gormaz como Puerta de Castilla durante la Reconquista, y en siglos posteriores, supusieron la necesidad de realizar obras de restauración a lo largo de los siglos.

Existe una inscripción de 1717 (ubicada en la novena pila desde la población) conmemorativa de la restauración efectuada en dicha fecha.

Es una muestra de cómo a lo largo de los siglos se ha dejado constancia escrita de la realización de grandes obras de ingeniería.

Aunque las obras realizadas entre 1909 y 1911 la desencajaron de su ubicación original y la colocaron en posición invertida, con la correspondiente mutilación, podemos leer lo siguiente:

Reinando la Majestad de Don Felipe QUINTO se hizo esta obra, siendo Juez de ella el Licenciado Don Juan Alfonso Colmenero, Corregidor de Aranda y Oidor nombrado para la Real Audiencia de la ciudad de Oviedo

Han seguido otras restauraciones durante el siglo XX y la última realizada en 2017.